La década de los 70 está marcada, entre otras cosas, por la estética underground y el Cine Trash, que nos refieren obligatoriamente a John Waters, uno de los reyes de la contracultura.
    Conocido como un  director de culto de los años 70, cuyas comedias se caracterizan por expresar lo inmundo, lo grosero, lo satírico y lo irreverente. La expresión artística  de sus obras era siempre artificiosa, estrafalaria, divertida y exagerada. Este director, actor, escritor y fotógrafo estadounidense nació el 22 de abril de 1946 en Baltimore, allí rodaría sus primeros films en compañía de actores locales tan transgresores como él, quienes conforman el grupo de los Dreamlanders, llamados así como derivación de su productora  Dreamland Poductions. Waters, quien empezó trabajando como marionetista para niños, terminaría rodando historias cuyo objetivo era transgredir los valores conocidos por la sociedad americana. Entre sus influencias destacan nombres como el de Federico Fellini y Andy Warhol.
   A lo largo de su carrera Waters ha realizado y escrito numerosos cortos, entre ellos “Hag in a black leather jacket” (1964), “Roman candles” (1966), “The Diane Linkletter Story” (1969) o “Eat your make up” (1969). En “Roman Candle” aparecía por primera vez en sus películas Divine (Harry Milstead), drag queen que se convertiría en un fetiche de sus proyectos. En 1969 rodó su primer largometraje, “Mondo Trasho”, luego en los años 70 rodaría títulos como “Multiple Maniacs” (1970), “Pink Flamingos” (1972), uno de sus títulos más populares, “Cosa de hembras” (1974) y “Desperate Living” (1977). “Polyester” (1981),  y “Hairspray” (1988), posteriormente convertida en músical de Broadway. En los 90 rodó  “Cry-Baby”,  protagonizada por Johnny Depp.  Años más tarde, un trabajo de tinte más comercial fue “Los Asesinatos de Mamá” (1994), película con Kathleen Turner, “Pecker” (1998) “Cecil B. Demented” (2000), con Melanie Griffith. Finalmente su última película “Los Sexoadictos” (2004) es una comedia sexual protagonizada por Tracey Ullman, Johnny Knoxville y Selma Blair.

Cabecera de "Cry Baby" (1990)

    Aún cuando Waters y su estética anti-cultura influenciaron los años 70, de toda su filmografía yo  destacaría una película que fue ambientada en los 50. “Cry Baby” traducida al español como La Lágrima es una película en la que el director se desmarca un poco de su pasión por lo netamente bizarro y trabaja el argumento de la guerra de bandas: los rockeros agresivos contra la débil burguesía. La película no es la que más impresionó al público underground, como sí lo hizo en su momento “Pink Flamingos”, pero sí destaca otra de las aficiones de Waters, el buen rock, y  se convierte así en una suerte de musical que puede ser aceptado por un público mayoritario y diverso; sin dejar totalmente de lado los tintes grotescos. En mi opinión, una manera más inteligente de satirizar los convencionalismo sociales.